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miércoles, 22 de febrero de 2012

Costumbre Argentina


Quise esperar a que se enfríe todo para saber bien que poner. Dejo para otros medios las imágenes fuertes, las historia de los familiares, la búsqueda desesperada de sobrevivientes. Quiero concentrarme en otros puntos, basandome en mis experiencias personales.

Yo pude haber sido victima; entre Agosto y Noviembre viajaba los miércoles a esa hora. Igual, como usuario habitual me pega de cerca. Y como usuario habitual se que esto se venía venir.

Los problemas del servicio de TBA en el Sarmiento (para ser breves, dejaré el Mitre para otra ocasión o que para mis colegas tomen la posta) son habituales: demoras, cancelaciones, viajar como ganado, etc. Pese que ha habido cierta inversión en material rodante, con varias formaciones con aire acondicionado y con coches Doble Piso, no alcanza. Mejor dicho, no compensa el hecho que siguen siendo los mismos coches Toshibas traídos del Japón durante el gobierno de Frondizi (es decir, hace más de medio siglo) Es cierto que, por más antiguos, con buen manteniento pueden circular, pero no es el caso. Cualquier pasajero más o menos atento puede darse cuenta por el traqueteo de las formaciones que están muy deterioradas. Para el que no lo conoce, todo el material del Sarmiento son variantes de los Toshiba originales, lo que los diferencia son la cantidad de recauch... digo "reformas". Los más viejos fueron reformadas por última vez entre el 2000 y 2001 mientras que la mayoría de los doble piso entraron en 2011. Además, las formaciones están muy justas para el servicio en hora pico; en estos horarios si anda todo bien se viaja mal; si llega a haber algún problema con alguna formación se vuelve imposible.

La infraestructura también está complicada. Recien este año se están haciendo algunos trabajos en las vías, de nuevo el traqueteo lo permite sentir facilmente. Las estaciones están abandonadas, con poco lugar para sentarse a esperar el tren.

Quiero agregar otra anécdota personal, para ver que mal se manejaba TBA en caso de accidentes. Un martes a fines del año pasado, una de las formaciones "modelo 2011" tuvo un desperfecto eléctrico menor saliendo de Liniers. En buen romance, hizo un chispazo y se quedó. Inmediatamente cundió el pánico; los pasajeros del primer coche rompieron los vidrios para salir y los pasajeros de los otros coches comenzamos a correr, con casi nula ayuda del personal de TBA.

Todos queremos encontrar responsables. Yo exculpo al maquinista, estaba en perfectas condiciones y se entiende que no se negara a correr el tren; si no lo hacía él lo hubiera hecho otro (ver Whisky Romeo Zulu para el caso de LAPA), aparte de jugarse su laburo. La empresa TBA, propiedad de la familia Cirigliano (Grupo Plaza), que encima controla la principal competencia al Sarmiento, las líneas de colectivo 136, 153 y 163, es el principal responsable. Pero alguien los deja, el Estado Nacional no ha controlado para nada a las empresas, premiando a TBA (de las peores) con los servicios a Uruguay y Misiones (este último arrebatado a una empresa que brinda un servicio muy digno para los recursos que poseía).

Para peor, en su "monólogo de prensa", el Secretario de Transporte Juan Pablo Schiavi, culpa a la "costumbre argentina" de viajar en los primeros coches y que si hubiera sido feriado, no hubiera sido tan grave. Realmente insultante para los familiares y las victimas e impresentable para un funcionario. Además de demostrar la ignorancia de nunca viajar en el Sarmieto: la "costumbre" tiene explicación: la ineficiencia de TBA hace que la mayoría de los molinetes (por no decir todos) de la única salida de Once no funcionen. En su reemplazo hay guardas que controlan el pago del boleto; el problema es que de esta manera se reducen la capacidad de pasar al 20%. De este modo, si uno no viaja en los primeros coches, puede perder 10 minutos en salir de la estación que resultan muy valiosos para un laburante que se juega el Presentismo.

Por esto hay que rescindirle el contrato a TBA, echar a Schiavi y a su jefe, el anti-rey Midas Julio De Vido (porque todo lo que toca lo transforma en mierda). Espero que el Gobierno Nacional esté a la altura de la circunstancias, aunque no creo.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Macri podría no aceptar la transferencia del subte

El jefe de Gobierno Mauricio Macri dijo en las últimas horas que la Ciudad podría rechazar la transferencia del subte a la órbita capitalina. Esta declaración no hace más que mostrar el grado de improvisación con la que se viene manejando este asunto desde que el Gobierno nacional manifestara su interés de transferir la red a la Ciudad en noviembre pasado.

Mientras los funcionarios nacionales y porteños discuten, la empresa Metrovías amenaza con convertirse en un escollo aún peor de lo que ya era. Si la compañía terminó 2011 con ganancias de casi 150 millones de pesos, lo que constituía una fuente de legítima indignación de los usuarios mientras estos padecen un servicio francamente deplorable y en vias de empeorar, ahora podría volverse una bomba de tiempo al denunciar que se endeudó en 65 millones en los primeros dos meses del año. Amén de que existe un consenso generalizado de que Metrovías es una pésima operadora, no existe en cambio acuerdo sobre quién podría reemplazarla si colapsa ni mucho menos quién se hará cargo de los quebrantos que deje en su caída.

Como siempre, es una cuestión de dinero. Metrovías alega que su "crisis financiera", que la llevó a demorar el pago de los sueldos de enero hasta el borde de la huelga, fue provocada por el supuesto retraso del Gobierno nacional en el pago de los la mitad que le corresponde de los subsidios del mes. A su vez, el tarifazo macrista todavía no dio sus frutos en la recaudación: muchos pasajeros siguen usando viajes comprados a 1,10$ cuando se anunció el aumento; los que pagaban con Monedero y SUBE además abonaron la tarifa vieja hasta el 13 de enero, por lo que la recaudación adicional producto del ajuste tarifario es aun insuficiente. Estiman fuentes empresarias que recién en tres meses comenzará a percibirse plenamente la nueva tarifa.

Por el momento, Macri no parece estar al tanto de la situación ni mucho menos tener un plan para solucionarla. Hasta ahora, su vicejefa María Eugenia Vidal se limitó a decir que el contrato de concesión aún está en manos de la Nación, por lo que la Ciudad no debería involucrarse en el presente de Metrovías. ¿Entonces por qué se decretó el aumento el 6 de enero y no en marzo, una vez que concluyan los 90 dias de negociaciones previstos para la transferencia? ¿Podría el Estado nacional haber continuado el pago del subsidio completo hasta esa fecha en lugar de generar las condiciones para una potencial crisis? Respuestas que quizás jamás tengan una respuesta más que la exigencia de que la Ciudad "se haga cargo" y de que la Nación "actúe de buena fe". Como dijo Borges, "parecen dos calvos peinándose por un peine"